Reflexiones sobre Txominenea y travesía de Loiola
Los barrios de Txomin Enea y Martutene están sufriendo una profunda transformación como consecuencia de las obras de ensanchamiento del cauce al río Urumea, para evitar las inundaciones que estas áreas han soportado a lo largo de los años, a estas transformaciones hay que sumar la nueva urbanización en Txomin Enea, con su apuesta ecológica y sostenible, características ampliamente anunciadas en su presentación.
Estos cambios han supuesto transformaciones en el urbanismo y en la movilidad y como consecuencia, también la movilidad ciclista aparece como un elemento nuevo en esa zona.
En general, podemos decir que los nuevos bidegorris construidos hasta la fecha tienen la calidad suficiente como para garantizar la seguridad de los ciclistas, aunque como casi siempre, existen fallos que se podían haber evitado, y que no sucederían si en la definición y ejecución del proyecto se permitiera la participación de ciclistas y/o si el diseño urbanístico y de movilidad estuviera basada en guías técnicas perfectamente elaboradas para tal fin en estos tiempos. Si así fuera, por ejemplo, se evitarían fallos tan básicos como los expuestos a continuación:
- Conexión-giro-entrada a un bidegorri teniendo que girar noventa grados.
- Construcción de un tramo de bidegorri (entre Felisa Martin Bravo y Camino Kristobaldegi, por calle Goikoenea) sin ninguna conexión ni a su inicio ni en su final. ¿Cual es el sentido de haber construido este tramo de bidegorri?
- Bidegorri, que por un error de diseño, los coches aparcados pueden ocupar la mitad de una vía ciclista,
- Aparcabicis en edificios de viviendas. Un barrio ecológico, en cuyas nuevas viviendas estaba definido un aparcabicis comunitario por edificio a cota 0, y que en su ejecución se han instalado en los garajes unos “aparcabicis”, que más allá de ser aparcabicis, en absoluto se pueden considerar como tales. Se trata de ganchos colocados en pared, cuya operatividad de uso es realmente nula:
- Otra deficiencia, y no menor, es el cambio de nivel (¿se trata de una montaña rusa para ciclistas?) que el bidegorri que transcurre a lo largo del Pº de Antzieta tiene en cinco entradas al barrio o a los garajes de las viviendas que bordean el paseo; las bicicletas saltan y las lumbares se resienten al sufrir el impacto de los desniveles que se producen por la diferente altura; altura que, por cierto, se ha rebajado para los coches, pero no para los ciclistas; seguramente quien diseñó el bidegorri no es un ciclista habitual o quería priorizar el paso de los vehículos motorizados (molestar lo mínimo) en vez de favorecer el paso de peatones y ciclistas..
- Por cierto, un paseo (el de Aintzieta), sin ningún tipo de arbolado, queja que nos consta ya ha sido enviada al ayuntamiento por los vecinos del barrio.
- Por último, nos preocupa la excesiva semaforización dentro del barrio. Hace unos meses ya publicamos la necesidad de minimizar en la medida de lo posible el número de semáforos de la ciudad, y nos hemos encontrado que en este barrio, se han instalado multitud de semáforos innecesarios en los cruces entre calles. En un barrio donde la velocidad máxima de los vehículos motorizados no debería superar los 20-30 km/h, se debe priorizar la movilidad activa, y para ello vemos innecesario el gran número de semáforos instalados.
Esperamos que puedan corregirse estos fallos y que en la ejecución del proyecto de ensanchamiento del Urumea a su paso por Martutene, (actualmente se está realizando la fase 2), a la altura del puente del polígono 27 se tenga presente el paso del itinerario ciclista-peatonal por debajo del puente, tal como aparece en los planos del proyecto correspondiente. Adicionalmente, vemos necesario un acceso ciclista seguro al Polígono 27, actualmente inexistente.
En estos momentos se está realizando la Travesía de Loiola entre la rotonda de los cuarteles y la de Riberas de Loiola. Varios vecinos del barrio se han quejado públicamente del diseño del bidegorri tal como aparece en los medios de comunicación, poniendo de relieve los posibles conflictos entre ciclistas y peatones en las áreas de espacio compartido.
A nuestro modo de ver, la zona de mayor contacto y donde prácticamente se mezclan peatones y ciclistas es la parte más próxima a la rotonda que está junto al puente de los cuarteles. Creemos que merece la pena hacer un esfuerzo para evitar accidentes y un conflicto con los peatones; este ha sido siempre nuestro objetivo.
Hay que tener en cuenta que el itinerario ciclista que pasa por la travesía será muy frecuentado, (los datos de uso de estos últimos meses lo confirman, ver gráfico del paso de número de ciclistas por el bidegorri de Martutene), ya que enlazará la ciudad con todos los núcleos urbanos de la cuenca del Urumea: una conexión cómoda, rápida y segura con los barrios y el polígono 27 es condición indispensable para que los usuarios del mismo piensen en dejar el coche y pasarse la bicicleta.
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Por último, queremos puntualizar que el diseño de este proyecto no ha sido nada valiente ni ambicioso al pasar de 4 a 3 carriles para vehículos motorizados. Existen planos iniciales (en un borrador) en los que se planteaba un solo carril para cada dirección. De hecho, actualmente, con un solo carril en cada dirección está funcionando el tráfico a la perfección. ¿Por qué no dejarlo así? En la época en la que vivimos, no se entiende no dejarlo de esta forma y aplicar políticas de reparto de espacio urbano del siglo pasado no ayudan a que la ciudadanía deje de usar de una vez por todas el coche.
Creemos que si el ayuntamiento está “sacando pecho” mencionando constantemente que es una ciudad diseñada para peatones (actuales campañas de “Donostia camina” o “Donostia, una ciudad para moverse a pie”) tiene que reflejarse en el reparto del espacio urbano, y no solo en las campañas de concienciación.