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26
Jun

Aire muy contaminado en Donosti la noche de las hogueras de San Juan -Aire 8

Ategorrieta                                                                Calle Urbieta

 

Es una tradición muy arraigada en la ciudad y otras poblaciones, celebrar la entrada del solsticio de verano, la víspera de San Juan, encendiendo al anochecer innumerables hogueras en los barrios del Centro, Paseo Nuevo, Amara Viejo, San Roque, Morlans, Amara Berri, Sagües, Lorea, Ayete, Loiola, Txomin Enea, Martutene, Bidebieta, Oleta, Intxaurrondo, Antiguo, Herrera… así como otras muchas realizadas por el vecindario, destacando las que cuadrillas de jóvenes hacen en la inmensa playa de la Zurriola.
Como el fuego es un elemento de riesgo, desde la concejalía donostiarra de Medio Ambiente, se exige el cumplimiento de una serie de normas de seguridad, entre las que se encuentran, que los materiales combustibles sean exclusivamente sólidos, quedando prohibidos los neumáticos, plásticos, gomaespumas, así como los botes de aerosoles de cualquier clase, o cualquier otro material susceptible de explosión o emisión de humo.
Acercándonos a algunas de las hogueras, por la cantidad e intensidad de humos negruzcos que se originaban, pudimos comprobar que esas medidas no siempre se cumplían.
Esa densa humarada se difunde y extiende posteriormente por la ciudad, en función del viento y brisa predominante en cada momento.
De ahí el olor característico a chamusquina, especialmente por la zona centro, que duró prácticamente hasta el amanecer.

  
Desde el punto de vista de salud de la ciudadania, señalar que esos humos negros contienen, además de partículas finas que al respirar llegan a los pulmones, otras muchas sustancias tóxicas y cancerígenas, entre las que cabe destacar las dioxinas, que se originan en grandes cantidades, por tratarse de fuegos que no pasan de los 400-500 grados de temperatura.
Con los equipos de medida de partículas PM2.5, que Kalapie está utilizando para un pequeño estudio experimental de la calidad del aire que en tiempo real se respira en la ciudad, hemos aprovechado la ocasión para realizar mediciones en dos puntos de la ciudad: Ategorrieta y Centro (calle Urbieta).
En Ategorrieta, con una percepción baja de olor a quemado, la contaminación por partículas PM2.5 procedente de las hogueras, era más bien baja, del orden del límite recomendado por la OMS (15-20 microgramos/m3).
Por el contrario, la medición de Urbieta con un fuerte y continuado olor, superaba ampliamente los límites recomendados por la OMS y los establecidos por la Unión Europea (menos exigentes).
Así de los 55 microgramos/m3 no bajó hasta las 6.30 h de la mañana, de los 35 hasta las 7, y a las 9, no era aún del orden de lo que recomienda la OMS.
A modo de resumen y conclusión final, indicar que en el futuro y en lo que se refiere a las hogueras de San Juan, debería haber un control muy estricto del tipo de materiales que se queman, pues al riesgo de inhalación de las referidas partículas PM2.5, habría que añadir la de otras sustancias tóxicas, incluidas las dioxinas, que permanecen en ese aire contaminado durante horas, especialmente en la zona centro, en la que se percibía un intenso y persistente olor a “quemado” hasta altas horas de la madrugada.

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