Traemos el tour a Donostia ¿Pero dónde queda la movilidad en bicicleta?
Este fin de semana ha vuelto a pasar el tour por nuestra ciudad, tras 31 años sin que la ronda gala pasara por Donosti. Sin duda ha sido un evento especial que no ha pasado desapercibido, tanto para los aficionados al ciclismo deportivo, como para los que no lo son tanto. Todos ellos han podido ver pasar a los mejores ciclistas del mundo por nuestras calles y carreteras y disfrutar con el evento. También hemos disfrutado de la caravana que, aunque entretenida, tal vez la organización debería de empezar a plantearse otro medio de entretenimiento precarrera que no genere ni tanto tráfico ni tanta basura.
En Kalapie, más allá de lo deportivo, nos ha alegrado de especial manera ver la ciudad con unos niveles de tráfico tan calmados aunque solo sea por unas horas. Esta situación atípica nos ha permitido disfrutar de otra ciudad diferente: calles calmadas y seguras, tranquilidad para moverse, escuchar el sonido de los pájaros, un aire más limpio y un largo etcétera. Además, el día nos dejó muchas imágenes bonitas: muchas familias disfrutando a pie y en bicicleta, niños y adultos jugando y bailando en la calle, y muchos adultos de las casas de ancianos que salieron a las calles a disfrutar del ambiente. Sin duda una experiencia muy positiva en este sentido, que no debería de esperar a una carrera para volver a vivirse.
En cuanto a lo que ha sido la organización, sin meternos a valorar si la inversión de 12 millones que se ha hecho está justificada a no, desde la asociación de ciclistas urbanos de Donostia Kalapie si que nos gustaría aprovechar la ocasión de haber tenido un evento tan importante entre nosotros ligado a la bicicleta para pedir a las instituciones, ya sea el ayuntamiento, la diputación o el gobierno vasco que además de acordarse de la bicicleta cuando hay eventos mediáticos ligado al ciclismo, se acuerden también de la movilidad en bicicleta del día a día. Por ello nos gustaría señalar algunas contradicciones que se han vivido con el tour y que a nosotros, como asociación que fomenta la movilidad en bicicleta, y conocedores del día a día de la situación, no nos han gustado.
Para empezar, es muy difícil entender que las instituciones tengan tanta facilidad para financiar un evento de semejante presupuesto cuando vemos que año tras año la movilidad en bicicleta avanza a cuentagotas debido a la falta de inversión desde las instituciones con presupuestos claramente insuficientes.
A nivel de Gipuzkoa nos encontramos que la diputación incumple año tras años el compromiso de dedicar 14 millones anuales al que se llegó el año 2013 para la realización del plan territorial sectorial de vías ciclistas de Gipuzkoa que fue aprobado por todos los partidos. Este compromiso nunca se cumplió (la cifra suele rondar los 3-4 millones anuales). En consecuencia de este incumplimiento en el presupuesto consensuado a fecha de finalización del plan en 2021 sólo se habían ejecutado el 33,8% de los bidegorris previstos.
La situación del ayuntamiento de Donostia no es muy distinta con un presupuesto de 0€ dedicado para la bicicleta en 2023 y con un mantenimiento de los actuales que sale adelante a base de presupuestos participativos votados por la ciudadanía. Cuando el ayuntamiento debería dedicar recursos estables a algo tan importante como un correcto mantenimiento de la infraestructura ciclista. Además, la ejecución de dicho mantenimiento y nuevos bidegorris que se contemplaban en presupuestos anteriores va con retraso. Ya lo señalamos a principios de año (Balance de 2022 en movilidad ciclista en Donostia y mucha preocupación para el 2023)
También hemos visto que se han mimado los detalles para que a los corredores del tour no les falte de nada (Hemos visto cómo se reasfaltan carreteras, cortaban setos, señalizaban puntos peligrosos, etc..). Mientras tanto no se mima de igual manera a los ciclistas del día a día. Los usuarios nos tenemos que enfrentar constantemente a giros imposibles; bidegorris estrechos y con un firme escaso; setos invadiendo la vía; semaforización y cruces excesivos; y un largo etcétera de fallos de diseño que incomodan y dificultan el tránsito y hacen que la red no sea atractiva para nuevos usuarios. Situaciones en las que se refleja que los diseños destinados a la movilidad activa no se toman en serio se repiten cada vez que se realiza una nueva actuación como hemos señalado recientemente con el puente de Astiñene (Astiñene, un ejemplo más de que la movilidad en bicicleta no se toma en serio). Errores que se podrían evitar si al hacer nuevas construcciones priorizamos las necesidades de la movilidad activa, invertimos dinero en generar infraestructura de calidad y seguimos las pautas marcadas en los manuales de diseño.
Por último, mencionar que ante la oportunidad que brindaba este evento para impulsar el uso de la bicicleta o implementar grandes medidas de fomento de la bicicleta el papel que ha tenido la bicicleta en la movilidad no ha pasado de tímidas declaraciones, alguna marcha urbana aislada, una pequeño apartado en la web del tour (Label, la ville à velo) y un cartel delante de la Perla que no van mucho más allá que el puro marketing. Mientras tanto seguimos esperando que el ayuntamiento coloque la prometida señalización de la route 25 que diseñamos desde Kalapie para que Donostiarras y visitantes pudieran recorrer la ciudad a golpe de pedal.
Podríamos seguir con la lista de contradicciones pero creemos que la idea está clara: Nuestros mandatarios dan mucha relevancia a la bicicleta cuando va asociada a eventos mediáticos pero a la hora de trabajar por su fomento entre la ciudadanía se queda de lado. La bicicleta es un medio ideal para mejorar como sociedad: Impulsa hábitos de vida saludable, es respetuosa con el medio ambiente y ayudan a reducir el tráfico y mejorar la calidad del aire en nuestra ciudades. Pedimos por lo tanto a todas las instituciones que además del tour tengan en cuenta la bicicleta del día a día y le den la importancia que merece.